domingo, 14 de junio de 2015

DÍAS DE OCIO EN UN JARDÍN SECRETO

Sin embargo, todo eso, incluido su arrasador éxito en Broadway, estaba destinado a no ser sino una minúscula coma en las páginas de la historia, y a ser olvidado, como tantas vanidades humanas.Edward John Moreton Drax Plunket fue un aristócrata británico (irlandés en concreto) muy propio de su tiempo en todos los aspectos. Decimoctavo barón de su estirpe, aficionado a la caza, buen atleta, participó en las guerras boer en Sudáfrica, una de tantas confrontaciones que la Gran Bretaña mantuvo en el siglo XIX para mantener o ampliar su inmenso imperio colonial. Cultivó también la literatura, llegando a ser un muy exitoso autor teatral.
Pero el destino, caprichoso, quiso que sir Plunket cultivara en varios relatos un género “menor”, un género secundario. Ese género era el fantástico. Y por esos relatos, la historia resguardó del olvido a este barón, inmortalizándolo bajo el nombre de su titulo: Lord Dunsany

En multitud de relatos cortos, Dunsany recreó con extraña sensibilidad mundos extraños, lejanos, oníricos, algunos de los cuales ha sido considerado por la crítica como antecesor del género de fantasía heroica. Limitada visión, en mi opinión. Porque lo que más llama la atención y cautiva en ellos es el distanciamiento, casi la desgana, con la que delinea sus mundos imagina

rios; la exultante elegancia de sus descripciones, ajustadas, pausadas. La sensación, al leerlos, de estar escuchando el relato de un viajero que, reposando en la tranquilidad de su hogar, felizmente regresado, va desgranando para nuestro deleite las etapas de su periplo, sin prisas, sin urgencias, casi sin pasión, con pulcritud de escribano.

Pero a su vez, los mundos descritos por Dunsany son cercanos y reales. Más por lo que sugiere (y no nos cuenta) que por lo que nos relata . Las peripecias que en ellos ocurren son en algunos casos tan sólo apuntadas, aludidas de forma indirecta, como si importara menos la anécdota que la plasmación de esa otra realidad. La textura de su lenguaje es en todo momento un deleite para nuestras mentes, cansadas sin saberlo de tanto modernismo y posmodernismo supuestamente genial, supuestamente original. 
Leer los relatos de Lord Dunsany es introducirse en un jardín exótico, silencioso, cuidado por invisibles manos, en el que, mientras paseamos entre exuberantes plantas extrañas, escuchamos el lejano rumor de un manantial. Y ese rumor nos invita a que que sigamos caminando. Tal vez no para descubrir nada. Sólo por el placer de caminar en la penumbra del camino de piedras y hojas, por el placer de captar el misterio de lo sugerido, a su vez desconocido, a su vez fascinante.Toda una experiencia que nos espera, sin prisa. Como todos los libros.

Pos- post: Aquí les dejo uno de sus mejores relatos cortos:

En Donde Suben y Bajan las Mareas


Y otro más, fascinante por demás, aquí: Días de Ocio en el Yann


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